MAFALDA Y COMPAÑÍA

 

Mafalda y Susanita_los pobres
Mafalda y Susanita

Mafalda es esa niña-adulta, rebelde, contestataria, inconformista, solidaria, que odia la sopa (por cierto, una alegoría de los regímenes militares) y ama a los Beatles, que hace preguntas incómodas, y aún divierte y enseña a todo el que la lee. Entre sus seguidores se cuentan personajes como García Márquez o Mario Benedetti. Umberto Eco decía de ella que era «una heroína iracunda que rechaza al mundo tal cual es, reivindicando su derecho a seguir siendo una niña que no quiere hacerse cargo del universo adulterado por los padres».

Mafalda no sería Mafalda sin sus padres y amigos, sin la tropa de personajes que la acompañan. Decir Mafalda es decir también Libertad, Susanita, Felipe… Cada uno entrañable, cada uno distinto, con su papel y rasgos bien definidos:

Mafalda_padres
Mafalda y sus padres

El padre de Mafalda es empleado de oficina, tiene como entretenimiento el cultivo de plantas de interior. Hombre sencillo, al que su hija pone en aprietos en más de una ocasión con sus ocurrencias y preguntas. 

La madre (Raquel), ama de casa, dedicada a su familia; inició estudios universitarios, pero los abandonó cuando se casó.

Mafalda_Felipe_No dejes para mañana
Felipe

Felipe es amigo y vecino de Mafalda, en la escuela va un curso por delante de ella. Soñador, tímido, algo vago, apocado, despistado. Le gusta El Llanero solitario, los Beatles, el ajedrez y una chica llamada Muriel. Físicamente, a Felipe le caracterizan sus incisivos superiores salientes, como los de un amigo de Quino. Seguir leyendo «MAFALDA Y COMPAÑÍA»

LA CARTA DE LOPE DE AGUIRRE A FELIPE II

 

Lope de Aguirre (1511/16-1561)

 

«Era vicioso , lujurioso, glotón; tomábase muchas veces de vino. Era mal cristiano, y aún hereje luterano, o peor; pues hacía y decía las cosas que hemos dicho atrás, que era matar clérigos,  frailes, mujeres y hombres inocentes sin culpa  y sin dejarlos confesar, aunque ellos lo pidiesen. Nunca supo decir ni dijo bien de nadie, ni aún de sus amigos; era infamador de todos, no hay algún vicio que en su persona no se hallase.»
(Una descripción de Lope de Aguirre: la del cronista Francisco Vázquez en su Jornada de Omagua y Dorado)

 

 

De los primeros años de vida del violento y polémico Lope de Aguirre, (Oñate, Guipúzcoa, entre 1511-16 – Barquisimeto, Venezuela, 1561), no se sabe prácticamente nada, hasta que pasó a Perú hacia 1536 y participó en su conquista y colonización. Intervino en los enfrentamientos entre Pizarro y Almagro, del lado pizarrista. De estas batallas a Aguirre le quedó una cojera para el resto de su vida, producto de una herida en el pie.

Perseguido por la justicia por asesinar a un juez que, sin considerar su condición de hidalgo, le condenó a azotes públicos por contravenir las leyes protectoras de los indios (1551), se acogió en 1554 a una amnistía.

En 1560 se embarcó en la expedición capitaneada por Pedro de Ursúa con numerosa hueste, por, entre otros, los ríos Marañón (del que tomaron el nombre de marañones) y Amazonas en busca de las legendarias riquezas de El Dorado.  En el transcurso de la expedición Aguirre tuvo un protagonismo principal en el asesinato de Ursúa, posteriormente de su sucesor Fernando de Guzmán y seguidores (22.05.1561, La Matanza) y muchos más expedicionarios, para hacerse y mantenerse en el mando. El mismo Aguirre lo relata en su carta al rey de España (ver abajo).

Tras alcanzar el océano Atlántico por el río Orinoco (aunque se baraja la posibilidad de que siguieran la ruta de Francisco Orellana, accediendo al océano tras descender por el Amazonas para después subir, costeando, hasta la actual Venezuela), Aguirre conquista y saquea la isla Margarita, procediendo a más asesinatos para evitar traiciones. Desde allí, y tras cometer toda clase de tropelías, llega a Valencia donde escribe y envía su famosa carta (agosto de 1561) al rey de España, Felipe II.

Posible ruta de la expedición de los Marañones.

 

Llegados a Barquisemeto, los marañones desertan ante la presencia de las tropas del gobernador y Lope de Aguirre es muerto por sus propios compañeros  (27.10.1561), no sin antes matar a su propia hija Elvira, que le había acompañado en todo el viaje, pues «mejor era que habiendo él de morir no quedase ella viva para ser puta de todos». Fue decapitado y su cuerpo descuartizado.

Gonzalo de Zúñiga, en su Crónica. describe así su muerte:

«Le tiraron a un tiempo tres arcabuzazos, de los cuales le acertó el uno en un muslo, de que cayó de rodillas diciendo con un ánimo terrible: “No me habéis hecho nada”. Luego acudieron otros dos de los suyos propios y segundaron con otros arcabuzazos, con los cuales le dieron en el cuerpo, diciendo el tirano: “esta vez sí”. Seguir leyendo «LA CARTA DE LOPE DE AGUIRRE A FELIPE II»

LA LLOCA, BRONCE TIERNO

 

Lloca1

 

Si acaso vas a Gijón, acércate a ver a la Lloca.

Si eres nuevo, pregunta por la playa de San Lorenzo o el Muro y, cuando llegues, supongamos a la altura de la escalera 4, la Escalerona, acódate en la barandilla blanca y, tras mirar un ratito, de frente, el mar, pasea tus ojos alrededor.

Verás, a tu izquierda, en el extremo de la playa y al pie del cerro de Santa Catalina, la iglesia de San Pedro. Como no has estado nunca, todavía no sabes que, un poquito más cerca, al lado del Palacio Valdés, están los restos de los baños romanos.

De todas maneras, no importa, todo eso no atañe a tu visita. Avanza, pausadamente, hacia tu derecha, hacia el este. Al pasar junto a la escalera 5, tal vez te distraiga un escrito en el suelo que, refiriéndose al Muro de San Lorenzo, cita a Jovellanos: «Lo edificamos para defender la población del mar y de las arenas que se iban tragando aquella parte». 

Pasada la escalera 15, atravesarás el puente del tímido río Piles y, cinéndote a la playa otro casi medio kilómetro, encontrarás cuatro enhiestos rectángulos agujereados, las Sombras de luz,  las Chaponas por bautizo popular.

Todavía te queda rebasar el mirador del reloj de sol, donde, en otro momento, tú mismo puedes ser la manecilla. 

Casi inmediatamente puedes leer, sobre el murete, un pequeño rótulo que indica que desde las termas hasta ahí habrías recorrido 3000 metros. 

Casi has llegado. Mira un poquitín más allá. Seguir leyendo «LA LLOCA, BRONCE TIERNO»

MAROZIA. EL GOBIERNO DE LAS PROSTITUTAS.

 

Marozia
Representación de Marozia

 

«Cierta ramera sin vergüenza, llamada Teodora fue durante algún tiempo monarca de Roma, y vergüenza da escribirlo, ejerció su poder como un hombre. Tuvo dos hijas, Marozia y Teodora, que no sólo la igualaron sino que la sobrepasaron  en las prácticas que ama Venus”.

LIUTPRANDO DE CREMONA (922-972). Antapodosis.

En la historia del papado existe una etapa particularmente llamativa y lamentable. Son los años comprendidos entre el nombramiento del papa Sergio III en 904 y la muerte de Juan XII en 964 (otros autores lo limitan hasta 932, año de la caída de Marozia). Este periodo, llamado Saeculum Obscurum, es conocido también, más descriptivamente como Pornocracia (término acuñado en el siglo XVI por el cardenal e historiador Caesar Baronius), gobierno de las prostitutas. Nuestro personaje, Marozia, tuvo una determinante influencia en la historia del papado desde 907 hasta el 932 en que fue encarcelada por su hijo. En estos años, hizo y deshizo en Roma a su antojo.

Marozia, bautizada como María y también llamada Mariuccia o Mariozza, había nacido sobre el 890. Su padre era el senador romano Teofilacto I, conde de Tusculum, poseedor del castillo de Sant´Angelo y con tanto poder que podía hacer sombra al papa. Teofilacto no tendría ningún escrúpulo en utilizar la belleza y la habilidad de su esposa, Teodora y de su hija Marozia para apuntalar y ampliar su poder. La madre, Teodora, era hermana de Adalberto de Toscana. Marozia tuvo otras dos hermanas: Teodora la joven y Sergia, probablemente hija natural de Sergio III.

El siglo se había iniciado con los breves pontificados Juan IX (898-900) y Benedicto IV (900-903). Inaugura el período convulso León V, a quién seis semanas después de su elección, despojó de su dignidad su capellán Cristóbal. Seis meses más tarde, Cristóbal fue desterrado a un monasterio por Sergio III (904-911). Seguir leyendo «MAROZIA. EL GOBIERNO DE LAS PROSTITUTAS.»

HIPATIA DE ALEJANDRÍA

«Y así, unos sujetos de ánimo exaltado a los que acaudillaba Pedro, un lector, confabulados acechan a la mujer cuando volvía de algún sitio a su casa: la tiraron de su litera y la arrastran hasta la iglesia que recibe el nombre de Cesareo y, después de quitarle el vestido, la mataron con cascos de vasijas, descuartizaron sus miembros y los llevaron al llamado Cinarón, donde les prendieron fuego.» 

«Había una mujer en Alejandría que se llamaba Hipatia, hija del filósofo Teón, que logró tales conocimientos en literatura y ciencia, que sobrepasó en mucho a todos los filósofos de su propio tiempo. Habiendo sucedido a la escuela de Platón y Plotino, explicaba los principios de la filosofía a sus oyentes, muchos de los cuales venían de lejos para recibir su instrucción.»

Sócrates Escolástico (s. V), Historia Ecclesiastica, libro VII

«Yo te saludo… augusta señora. Hace tiempo que te reprocho que no me has considerado merecedor de una de tus cartas… He perdido a mis hijos, a mis amigos, y los buenos deseos de todos. Pero la mayor pérdida de todas es la ausencia de tu espíritu divino. Había deseado que éste permaneciera siempre conmigo, para de esta forma conquistar tanto los caprichos de la Fortuna como los fatales giros del Destino.»

Sinesio de Cirene, obispo. Epístola 10, a Hipatia.

Hipatia-Rafael Sanzio-La Escuela de Atenas
Hipatia en el fresco de Rafael Sanzio La Escuela de Atenas

A Hipatia (Hypatía, “la altísima, la suprema”) se la considera como una de las primeras víctimas del fanatismo religioso y la última gran sabia de la Antigüedad. Damascio, filósofo de comienzos del siglo VI, afirmaba que «además de conseguir el grado más alto de la virtud práctica en el arte de enseñar, era justa y sabia, y se mantuvo toda la vida virgen», aunque otra fuente señala que fue «esposa de Isidoro el Filósofo».

Había nacido en Alejandría, no se sabe con seguridad en que la fecha, hay referencias de los años 355 y 370; murió, asesinada, en marzo de 415. Era hija de Teón de Alejandría quien le ofreció una educación completa y selecta, con espíritu especialmente liberal para aquella época. Estudió, entre otras materias, oratoria, mecánica, astronomía, filosofía, matemáticas. Seguir leyendo «HIPATIA DE ALEJANDRÍA»

OMAR JAYYAM

 

Mira y escucha. Una rosa tiembla, agitada por la brisa. Un ruiseñor 
le canta un himno apasionado. Una nube se detiene. Bebamos, y
olvidemos que la brisa deshojará la rosa, se llevará el canto del 
ruiseñor, y arrastrará la nube que nos brinda su sombra.

Sobre la tierra abigarrada camina alguien que no es musulmán ni infiel,
que no es rico ni pobre. No venera ni a Alá ni a sus leyes.
No cree en la verdad. No afirma nada.
Sobre la tierra abigarrada, ¿quién es ese hombre bravo y triste?

(Rubaiyat, Omar Jayyam)

Omar Jayyam (o Khayyam), fue uno de los sabios más relevantes y fecundos de su época. A tenor de lo que por su obra nos ha llegado, se nos presenta como un espíritu libre, curioso,  escéptico, iconoclasta. Y, como otros espíritus libres de la historia, fue perseguido por los fanáticos que le asediaban porque su pensamiento no era acorde con la ortodoxia religiosa.

Omar Jayyam-Khayyam
Estatua de Omar Jayyam

Pocas cosas se saben con exactitud de su vida. Nació en  Nishapur (Khorasán), se estima que  sobre 1048 y que murió en 1131. Fue condiscípulo de otros dos personajes relevantes de la época: Nizam al-Mulk, que dirigió el Imperio y Hassan Sabbah (fundador de la secta de los «asesinos»). Seguir leyendo «OMAR JAYYAM»

GLAUKOPIS (Atenea)

 

 

 

Atenea, mosaico
Atenea, con sus atributos clásicos

 

 

«Todos nos oponemos a ti por dar a luz a esa insensata muchacha maldita, a la que solo importan siempre las obras inicuas. En tanto que todos los demás dioses que hay en el Olimpo te acatan y estamos sumisos a ti sin excepción, a ésta no la zahieres ni de palabra ni de obra, y la tienes consentida porque tú solo alumbraste a esa hija»

(Ilíada, Canto V, Editorial Gredos)

 

Nacimiento de Atenea
Nacimiento de Atenea

Así relata Homero en la Ilíada la queja de Ares ante Zeus. La «insensata muchacha maldita» era Glaukopis (γλαυκώπις), el epíteto homérico más utilizado para designar a Atenea (Ἀθήνη). Suele traducirse como ‘de ojos brillantes’ y es una combinación de γλαύκος (glaukos, que puede ser traducido como ‘brillante’, ‘plateado’, y posteriormente como ‘verde azulado’ o ‘gris’) y ώψ (ôps, ‘ojo’, o a veces ‘cara’).  Seguir leyendo «GLAUKOPIS (Atenea)»