DECEPCIONES

Ella sentía que era irresistible, deslumbrante, arrebatadora. Como aventuré que además sería sensible, le tomé la mano, la miré a los ojos y le recité un hermoso haikai:

¿Vuelven al tallo

las hojas desprendidas?

Son mariposas.

Esperó un poco y me dijo: ¿Ya está?

En el libro “Extrañezas (Microrrelatos y relatos cortos)”

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.