
Escoitareite, sobre todo cando non esteamos de acordo.
(Con esta frase, que contiene la sabiduría y riqueza de las sentencias populares, me tropecé buscando otras cosas gallegas.)
El lenguaje humano es recipiente, es herramienta y también es medio de encuentro, de intercambio. En esta última faceta, se ha celebrado y admirado en mayor grado la función de hablante, que es la parte aparentemente más activa del acto de la comunicación oral, en detrimento del receptor. Y esto es así porque se estima que quien tiene el dominio de la palabra expresada, quien sabe utilizarla, dispone de un instrumento prodigioso y poderoso. Ya en la antigüedad el estudio de la oratoria formaba parte esencial de la educación, y, en todas las épocas, siempre ha sido bien ponderado el que es versado en la contienda dialéctica.
Sucede que, en muchas ocasiones, el intercambio oral, se presenta y, sobre todo, se percibe como confrontación o como polémica. En esta situación la ventaja radica en la habilidad de argumentar y contraargumentar. Verdaderamente pocas cosas hay tan estimulantes como una buena discusión, cuando el tema y la compañía la hacen posible y disfrutable. Sin embargo, con frecuencia, en medio de la “batalla”, cuando las posiciones están distanciadas o enfrentadas, cuando los egos tienden a inflarse y se alternan el atrincheramiento y la ofensiva, se advierte que los “contendientes” hablan mucho pero se escuchan poco. Cuando toca el turno de receptor, no siempre se está realmente receptivo. Seguir leyendo “TE ESCUCHARÉ, SOBRE TODO CUANDO NO ESTEMOS DE ACUERDO” →